Viajar a través de las tradiciones (parte II)


Tanto mi anterior post, como lo comentado en la radio –que nunca es tan extenso como acá por razones obvias de formato, tuvo gran aceptación. De hecho, me llamaron de Globovisión para que fuera el 30 de este mes (diciembre) para que hablara un poco de las tradiciones que en diferentes partes del mundo existen para celebrar el Fin de Año.

Para tal fin, he investigado en muchas partes y preguntado a muchos amigos de familias extranjeras. Parte de este post lo que oirán en "Mujeres en todo", el programa vespertino de Globovisión.

Lo primero que me pregunté al iniciar la investigación fue, de dónde salieron todas esas costumbres que –sin importar cultura y diferencias- solemos hacer las personas para despedir el año. Respuesta: al igual que las tradiciones de la Navidad, estas tienen origen pagano. De hecho, el fin de año es la única fiesta que no se ha cristianizado, muy a pesar de que del siglo XVIII a esta parte, la conmemoración de San Silvestre quiso darle ese toque. No obstante, los protagonistas del fin de año son, sin duda alguna, los agüeros y las recetas populares para cargarse de energía positiva para el año que empieza.

Las tradiciones de fin de año son innumerables, tanto que una vez, relatándoselas a mi amigo, el cantautor venezolano Frank Quintero, las bautizó como las Olimpiadas del 31 de diciembre. Y es que hay costumbres para todos los gustos, desde de recibir la medianoche de pie, para tener suerte y salud; pasando por dar un portazo cuando suenan las doce para alejar de la casa a los malos espíritus; hasta besar a una persona del sexo opuesto para obtener buena fortuna… en este sentido cada país tiene lo suyo.

El año nuevo en Brasil está estrechamente vinculado al mar. No es raro como la gente va a la playa a saltar por encima de siete olas para atraer la suerte o lanzar flores al agua mientras piden un deseo. También se acostumbra entrar al mar de espaldas o lanzarse 7 veces de pompas (culo) No obstante, les recomiendo hacer esto solo si el lugar es profundo tengo una amiga cuyo coxis aún sufres los estragos de esta práctica.

En España, es común reunirse a despedir el año en plazas. No en vano, en los 80's Mecano hasta habló de ello en una de sus canciones. En estas populosas celebraciones la tradición que no falla es la de las 12 uvas, misma que más allá de ser difícil de efectuar, muy a pesar de lo que se piensa no tiene origen mágico, sino comercial. La mayoría de las investigaciones realizadas para encontrar el origen de este ritual señalan que todo empezó 1909, cuando los viticultores cosecharon tal cantidad de uvas que, al no saber qué hacer con el excedente, decidieron repartirlo gratis entre la ciudadanía 'inventando' que su consumo en Nochevieja traería fortuna. Desde entonces, las 12 uvas no faltan en ninguna mesa en España y en muchos países de Latinoamérica.

Leyendo por acá y por allá me llamó la atención que en Dinamarca, la gente aprovecha esta fecha para demostrar amor sus seres queridos con un ritual poco convencional: romper platos frente a sus casas. Así pues, mientras más platos rotos aparezcan en su jardín al otro día significa que más apreciado es por sus amigos y familiares.
En Italia, por su parte, una costumbre muy difundida es comer lentejas, justo antes de las 12 campanadas para atraer prosperidad. Igualmente, es una costumbre muy difundida es usar ropa interior roja para atraer el amor  y en algunas localidades es común tirar los trastos viejos por la ventana como símbolo del fin de una etapa o un vaso de agua, para sacar las penas de la casa.
En Alemania, el protagonista de fin de año es la celebración en honor a San Silvestre. En el festejo a este papa -memorable por haber muerto el 31 de diciembre de 335; haber bautizado al Emperador Constantino e iniciar el fin de la persecución cristiana- se queman castillos de madera para ahuyentar los malos espíritus. Otra costumbre muy alemana es dejar en el plato parte de la comida, para asegurar abundancia para el próximo año. Un ritual muy antiguo que se practica en muy pocas casa en Alemania es que después de la cena se predice el futuro. Para ello emplean un trozo de plomo que es colocado sobre una cuchara, para ser derretido al calor de una vela. El plomo derretido se echa en un recipiente con agua fría y se leen sus formas. Por ejemplo: si se forma flores, pelotitas y estrellas son augurios de buena suerte; círculos y coronas: matrimonio; un ratón es una advertencia e invita al ahorro o enuncia un amor escondido.

En esta investigación me asombró ver que cada rito, tradición o costumbre estaba asociada a lo que se conoce como magia simpática: lo igual atrae lo igual, esto explica que:
  • para la suerte en el dinero se comen lentejas; se usa ropa interior amarilla; se recibe el año con las llaves y dinero en la mano derecha y sus doce uvas en la mano izquierda
    o se pone en la mesa monedas de chocolate;

  • para atraer el amor o la pareja se debe usar ropa interior roja; se coloca una margarita en el cuello toda la noche y se cuentan los pétalos al final de la misma (si son pares la cosa será fácil y habrá posibilidades de matrimonio); se mete un anillo de oro en la copa de champaña (para llamar al compromiso);
  • para tener viajes se sale con la maleta de la casa y con el pasaporte en una mano si quiere que viaje sea para el exterior;
  • para alejar lo malo que le paso ese año y no repetirlo, se escribe lo sucedido en un y luego se quema, para así borrar el pasado.
Ahora bien hay costumbres que aún no encuentro mucho el sentido pero que las nombro por si alguno puede ayudarme a encontrarlo y para, simplemente compartirlas.
  • Si desea reafirmar todo lo deseado, hagan su lista de peticiones debajo de la mesa para que se cumplan con mayor fuerza. Asimismo, hay quienes las queman y las lanzan al viento o las mandan al cielo en un globo con helio.
  • Si desea casarse sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas, trae consigo matrimonio. Hay otra vertiente de esta creencia que es la de recibir el año y saludar a todos parado sobre una silla.

     
    En fin, el tema es como para no parar. No obstante, lo importante de todo esto no es tanto el para qué, sino la fe, el entusiasmo, la alegría y las ganas de conservar estar tradiciones que muchas veces son meras excusas para compartir en familia y convocar la energía positiva a nuestras vidas.

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